Fran o la rienda suelta

Dorsal: 14. Partidos jugados: 10. Puntos por partido: 0´40. Faltas por partido: 1´60.

Fijaos contra quien tuvo ese día Fran de zafarse en desigual batalla. Y qué escorzo

Un exótico viaje por Mozambique le hizo perderse los primeros partidos de la temporada. Tras aquello, Fran Cuchi, ha sido el encargado de toda la logística buyoncé, que no es poca. Cualquier problema de aderezo era resuelto por él con su bolsa de las sorpresas donde cabían, desde las pelucas fluorforescentes amarilla y rosa, símbolos de envidia y confraternidad, hasta unos cuernos de Rudolph. Todo ésto se consideró, desde aquel instante, básico para cualquier calentamiento pervio al partido. No es casualidad, no nos engañemos, que en los dos partidos ganados calentáramos con pintas obscenas. Tampoco es casualidad que anduviese él por ahí.

Sus dotes teatrales le hacían un buyoncé con extra. Su heterodoxia con el balón y su, ya oblongo, cuerpo le han hecho inconfundible. Sus lanzamientos en suspensión hacia adelante han hecho llorar de la risa y su tándem con Tomi ha sido lo más cómico que han visto por el baloncesto amateur en mucho tiempo. Muchas veces nos negábamos a que salieran juntos por los destrozos que en el marcador nos causaban pero era irresistible, lo pensábamos y nos decíamos: «Va a dar igual». Y les dábamos rienda suelta. La fiesta. Los dos tiros libres que ha intentado se han ido al traste con alegría; y de igual manera: contra el tablero. Después dijo que lo había hecho aposta, que creía que los libres eran así; a tabla.

Es otro de los buyoncés que serán en breve just married. Su despedida de soltero amenaza con arrebatarle la semilla que dice llevar en su interior. Su estado de forma post-boda, promete, va a ser mucho mejor. Ansiosos estamos de comprobarlo.

Y por supuesto: es el instigador absoluto de la mascota del club. En un primer momento propuso que Picachu tuviese ese gran honor pero finalmente, su intendencia, le hizo decantarse por un disfraz de Superman para lucirlo ante rivales de todo pelaje. He de decir que esta ocurrencia fue un atino absoluto; los que han llevado el traje de SúperBuyoncé lo atestiguan. Y no mienten. Por todo ello, y mucho más, como por ejemplo la comida de equipo etílica y hamburguesística tras la segunda victopria del equipo ante el Bar Chipirón, Fran es ya mito buyoncé, confundido dentro de la maraña de mitos que pueblan este juglar grupo.

Ponle la mejor nota posible:

Deja un comentario